Los montes riojanos de Kameros se han propuesto acabar con el dominio de las ciudades sobre el campo. La cultura, la información, los pájaros come-basura y la música nó pertenecen sólo a las ciudades mugrientas. Para demostrarlo, los montes cameranos se han levantado la cresta y han empezado a introducir el PunK en sus laderas, picos, cuevas y ríos. Ni el castillo de Jubera se resiste a tomar como propios esos chillidos desafinados y esas cuerdas chirriantes.
Ya es hora de apropiarse de lo mejor, esté donde esté, tenga derechos de autor o nó, mezclarlo en un bote de vidrio (o barro, pero nó de plástico), agitarlo rabiosamente y disfrutar de nuestra osada creación multicultural. Una osadía que empieza a asomar la cabecita y que viene con ganas de divertirse...
Escandalizaos al oírnos gritar:
¡Los Kameros Son Punks!
Contracultura en la Montaña.
"Economia mundial china"
Hace 5 años